¡Sí, me puede! Ahora que sé lo que es sentir el poder de cerca, os
reconozco que me atrae, que me eleva un poco más, que me hace levitar.
Pero todo es con la mente. No hay nada material de lo que me haya
beneficiado con mi relación clandestina, tan sólo pequeñas “mejoras” como catar
los mejores vinos, dormir en los mejores hoteles y lucir unos carísimos zapatos
de los que ya estaba encaprichada antes de estar con ÉL.
Sin embargo, mentalmente vuelo cuando estoy con él, tal vez con la ayuda
del perfume caro de su cuerpo, y viajo a estadios psíquicos en los que siento
que poseo mucho más que el cuerpo de un hombre. Me siento poderosa, la ama de
alguien casi intocable, su Afrodita (se decía que Afrodita podía hacer que
cualquier hombre se enamorase de ella con solo poner sus ojos en él.)
No es sólo sexo, es sexo con morbo. En ocasiones, cuando sus manos
acarician mis pechos pienso en la cantidad de contratos millonarios que han
firmado, la de manos de gente relevante que han estrechado, pero en cambio
ellas no recuerdan más tacto que el de mis pezones erectos.
Cuando le poseo, poseo además su aura que es muy brillante y deseada por
multitudes; poseo su raciocinio porque en ese momento es frágil; poseo su olor
que a veces me penetra al igual que su miembro viril; poseo su intimidad puesto
que prohíbe ser molestado bajo ningún concepto mientras está conmigo; poseo su
tiempo porque esas horas las ha blindado en su agenda para mí en lugar de
atender a un periodista; y como no, poseo su cuerpo, que es poderoso y bello a
la par, mientras cabalgo sobre él controlando su corrida con tan sólo acelerar
o aminorar mis embestidas. ¿Acaso no es eso poder, también?
Esa es la influencia que la erótica del poder ejerce sobre mí desde hace
unos meses, pero en mi vida he disfrutado de más ocasiones en las que me he
sentido poderosa sin estar de por medio nada de lo que ahora envuelve mis
momentos de placer.
Hubo un tiempo no excesivamente lejano en el que disfruté de un largo
período de sexo continuo y muuuuuy variado. Por alguna razón de bienestar
personal y mental, mi atractivo creció. Estaba especialmente guapa, vital,
segura, alegre y rezumaba sexo por todas partes. Notaba el deseo que provocaba
en hombres de diferentes edades cada vez que salía de marcha. Pedía una copa en
la barra de cualquier discoteca y enseguida tenía a alguien con sonrisa puesta
y paquete morcillón preguntándome alguna chorrada (algunas más originales que
otras).
Estas noches de diversión me permitieron recolectar unos cuantos teléfonos
de tíos cachondos y como yo también estaba muy cachonda pues hacía uso de ellos
en alguna ocasión.
Recuerdo un fin de semana en el que Berta, mi compañera de piso, se
marchaba a un encuentro familiar y me quedaba la casa enterita para mí. El
viernes al salir de trabajar decidí que llamaría a un chico que había conocido
la semana anterior y que me gustó mucho. Se llamaba Liborio y aunque el nombre
en sí ya es peculiar, su forma de conquistarme durante la semana aún lo fue
más. Nos pasamos todas las noches hablando por Messenger y mientras él tocaba
la guitarra yo le canturreaba alguna canción al son de sus acordes. ¿Merecía o
no una quedada?
Le llamé y quedamos para cenar en mi casa al día siguiente por la noche.
Qué bien, la brisa que traía el fin de semana ya olía a sexo loco con
desconocido que sienta la mar de bien para la piel, tanto la que se ve como la
que no. El sábado por la mañana me levanté pronto, acicalé la casa y bajé al
mercado a comprar lenguados que quería cocinar para la noche en salsa de
naranja. Me gusta la cocina y tengo buena mano para ello, por eso no dejo pasar
la oportunidad de seducir también por el estómago a mi amante, aunque
sinceramente en lo que pienso es en alimentar a mi presa antes de comérmela cual
mantis religiosa.
Justo salía del mercado cuando recibo la llamada de un amigo mío de la
facultad que hacía un par de años que no veía porque se fue a vivir a Sevilla. Alejandro
venía a pasar un par de días para visitar a su sobrinita recién nacida y quería
verme. Le dije que sí, obvio. Quedamos hacia el mediodía en un bar cerca de mi
casa para tomar una cerveza y ponernos al día.
Unos 40 minutos antes de la hora de la cita, apareció ya por mi casa. No se
anduvo con rodeos y me dijo: “mira Laska, desde la Universidad que deseo tener
un flirt contigo. Puedes decirme que no, pero por si acaso dices que sí, no
quería perder tiempo. Muero por conocer tu sabor.” UAUUUUUU….!!!!! Joder qué
subidón!!!
Me reía tanto viviendo este momento que fui abrazándole y besándole la
cara, los ojos, los labios, fuimos quitándonos la ropa entre risas, nos tiramos
al sofá y jugábamos a hacer el amor. Era súper divertido y excitante ver cómo
nos chupábamos el uno al otro y nos follábamos como auténticos adolescentes. Me
flipó ver que tenía la punta del pene un poco torcida a la izquierda y os
confieso que noté un roce diferente dentro de mí. Me gustó muchísimo comerle la
polla hasta el fondo con esa pequeña curvatura que notaba hasta la garganta.
Joder, que bien lo estábamos pasando sin haberlo pretendido ni esperado.
Habíamos ido tan acelerados que cuando estaba ya apunto de correrse me
preguntó, sin dejar de metérmela, que si podía correrse dentro. Le dije que me
encantaría y así lo hizo. Yo lo hice poquito después cuando Alejandro me ayudó
masturbándome mientras me comía una teta con fruición.
Luego pasamos unas horas muy relajadas y distendidas recordando nuestro
pasado entre risas y un par de polvos más. A las 7 de la tarde le llamaron para
decirle que estaban esperándole en el hospital. Casi se le había olvidado su
compromiso familiar; no me extraña, Afrodita causa ese efecto. Agradecí esa
llamada porque sinó hubiese tenido que “echarle” yo.
Rauda me preparé y preparé todo para la llegada de Liborio. Puntual llamó a
la puerta y entró con una botella de vino blanco. Cenamos, nos conocimos un poco
más, hablamos de gustos musicales, recogimos la mesa, nos rozamos en la cocina,
nos miramos al llegar al salón, nos sonreímos, me agarró por la cintura, nos
besamos, nos desnudamos…. Era un encuentro más dulce de lo habitual en una
primera vez con desconocido, pero igual de excitante. Quedé muy gratamente
sorprendida al ver su aparato. Tenía un pene ENORME, LARGO, GRUESO y eso que él
no era un chico grande, más bien pequeño y fibroso. Incluso estando yo mojada
de lo cachonda que me había puesto, noté cómo me costaba que entrase en mí.
Supongo que ya acostumbrado a ello, me dijo: “tranquila, relájate, voy a ser
muy cuidadoso”. Y así fue. Fue penetrándome con su polla tan dura hasta que
cupo toda dentro de mi vagina. Y añadió: “¿quieres ponerte a cuatro patas? Te
dolerá menos.” Madre mía, que perra me puso esa frase. A cuatro patas es una de
mis posturas favoritas, es como más zorra me siento y me gusta. Me di la vuelta
y le ofrecí mi sexo por detrás. Introdujo la gran polla (más tarde la denominé
“la virgen de Fátima” por una figura de la misma hecha en yeso que vi una vez y
a la que me recordaba por tamaño) por mi
sexo poco a poco, dejando que se lubricara con mi flujo y haciéndome sentir que
más llena no podía estar. Ohhh, que placer me daba. Gemí tan alto como pude
porque esa follada era digna de tocar el cielo. ¡Cómo follaba el cabrón!
Controlaba muy bien su fuerza y tamaño, bombeaba mi coño con auténtica
maestría. Estaba yo ya apunto de correrme de gusto y se lo advertí y me dijo
que aguantara por favor un poquito más para corrernos a la vez y aproveché para
pedirle que lo hiciese dentro de mí.
Nos corrimos juntos, como dos perros en celo, él apretando fuerte su polla
contra mí metiéndola lo más profunda posible agarrándose a mis caderas. Noté su
leche brava y muy abundante en mí. Gocé enormemente. Luego nos dormimos juntos,
a gusto el uno con el otro. Por la mañana, le desperté lamiéndole la punta de
la polla que volvía a estar tiesa. Repetimos lo de la noche anterior y volvió a
ser electrizante, majestuoso. Después de desayunar, nos sentíamos realmente
bien y seguros de que íbamos a ser amigos con un derecho a roce estupendo. Lo
dejamos aquí porque era una bonita forma de empezar el domingo.
Cuando salió por la puerta me sentía cansada. Había follado mucho, me
dolían las ingles y me temblaban un poco las piernas, pero ¡cuánta felicidad
recorría mi cuerpo! Me vestí con un pantalón corto tejano y una camiseta negra
de tirantes sin ropa interior alguna. Casi a la hora de comer abro el móvil y
tengo 11 mensajes pendientes de leer. Dos eran de Alejandro diciéndome lo bien
que lo había pasado y piropeando un poco mi cuerpo y forma de comer pollas como
algo que no olvidará jamás. Pero los otros 9 eran de Jorge, un ex mío que me
pedía volver a verme. Le llamé y me contó que estaba añorado. Le hablé claro,
con el PODER que sentía en ese momento. Le dije que sentimentalmente yo ya no
estaba pero que si quería hechar un polvo, tenía media hora para llegar a mi
casa. Sabía absolutamente que diría que sí. Poco después lo tenía desnudo
sentado en el sofá y yo encima suyo montándole al antojo de mi deseo. Me sobaba
las tetas y me mordisqueaba los pezones al ritmo que yo le ordenaba; “más
fuerte, chúpame, dame tu boca, pellízcame un pezón, agárrame por el culo…” así
hasta que le hice correrse dentro de mí, haciendo fuerza para presionar más sus
huevos a punto de explotar. Diez minutos después le despedí para siempre de mi
casa y mi vida.
Cuando me quedé sola, exhausta, tumbada sobre la cama, recordando las
aventuras que acababa de vivir, me excité y terminé el fin de semana masturbándome
con los restos de tres espermas diferentes sintiéndolos aún vivos en mi
interior y diciéndome a mí misma: “Oh Laska, eres poderosa!”
Un beso.
¡Uuuuf!
ResponderEliminarDéjame que me recupere un poco y te escribo algo ¿vale?
Joer, Laska, ahora mismo no tengo palabras..., ni aliento.
Ja ja ja vale. Tranquilo...
ResponderEliminaruffff... digo yo también.
ResponderEliminarMe han hecho prometer que no me comeré el suculento helado de chocolate que tengo en el congelador hasta despues del tercero.
voy a por el primero..ya
joder ... laska cómo me has puesto¡¡¡¡ eres poderosa...hasta con el teclado.
Mi helado no tenia plazo..pero creo que esta noche comeré helado de chocolate
eres....super erótica.
Gracias por compartir esto con todos nosotros
judith
Judit, ME ENCANTA tu comentario casi tanto como el efecto que mi post ha provocado en ti jajajaja.... Espero que hayas disfrutado de tu helado de chocolate y te haya ayudado a refrescar tu cuerpo por dentro y a compartirlo por fuera ;-)
EliminarLaska como eres físicamente?
ResponderEliminarMe encantaría saber o que contases no sólo experiencias, que son muy excitantes sino también fantasías que no hayas podido realizar y quisieras.
ResponderEliminarTe gusta el bondage?
Has practicado sexo en grupo?
Has tenido sexo con chicas?
Estoy deseando poder leer nuevos relatos tan bien escritos y descritos como estos tres.
Gracias!
Hola Mario! Muchísimas gracias por escribir. Te desvelaré muy escuetamente cómo soy físicamente tan sólo por hacer una pequeña excepción, pero he empezado a escribir este blog con mucha ilusión y con ganas de contar "MY EXPERIENCES", no para entrar en detalles de cómo soy de una forma explícita. De ser así no me llamaría Laska, sino... :P jejeje...
EliminarTengo 34 años, mido casi 1,70m y peso 75kg. Se me ve esbelta y con curvas, a mi parecer una muy buena combinación. Y como bonus track, te informo que luzco melena de color castaño claro a juego con mis ojos. Soy bastante bipolar vistiendo; de tejanos a zapatos altos sea cual sea la ocasión. Me parece igual de importante una blusa que un anillo en el dedo del pie; y por último ¡complementos al poder! Y siempre dejando suave pero buen aroma.
Respecto a las otras preguntas, encantada de contestarte:
No me va el bdsm y desvelaré en siguientes posts cuáles han sido mis vivencias sexuales al igual que cuáles son mis fantasías tanto las idílicas como las que quisiera llevar a cabo alguna vez. Un besazo.
Querida.
ResponderEliminarDespués de releer tu post y más aún tu dulce y contundente respuesta, he tenido una primera reacción de que no me hubiese importado EN ABSOLUTO haber sido tu cuarta visita de ese brillante día.
Pero bien pensado, es más gratificante, si tuviese que elegir, disfrutar largo tiempo de tus textos, tu sensualidad y feminidad que rezuman por aquí ( me aterra la idea de que no seas una mujer jijiji) que pasar por tu vida un rato una tarde, que tampoco debe estar mal...
Espero impaciente tu nuevo post.
Un besado.
Querido Mario, ¡me encantan tus comentarios! No sólo son ingeniosos, sino que además me hacen sentir un tanto especial. Gracias.
EliminarPásate por mi nuevo post recién publicado hoy ("En su punto") porque te hice caso y he dado rienda suelta a contar una de mis fantasías. Y leyéndolo creo que te convencerás de que soy una mujer muy mujer. No temas por ello. jejejejeje....
Un beso.
Hola de nuevo, Laska. Me has sorprendido, tal como imaginaba. Eres una mujer con un poder sexual sin límite. A parte del poder que posees, por lo que explicas y por lo que intuyo, eres una mujer muy apetecible. Seguiré leyéndote.
ResponderEliminar¡Gracias por tu comentario, Anónimo! Me halagas muchísimo. Si tu voz es la mitad de bonita que tus palabras, escucharlo todo junto debe ser música celestial...
EliminarUn beso.